viernes, 14 de noviembre de 2008

Un leve gesto

Juntos vamos en este viaje, masa gris que te alzas sobre los hombros, en un recipiente de hueso. Presidiendo nuestra altura en el tiempo. Te crees el dueño del cuerpo, el mío, cuando no del mundo entero.
Que piensas… que sólo piensas, que es la función que has desarrollado, para la que no siempre estas dispuesto y, crees que sin ti no seriamos nada y nada puede existir.
Eres capaz de mentir, de mentirnos, de enredarnos por los caminos y atajos. Por las veredas de tus ensueños. Nos asustas o diviertes con tus preguntas y, puedes abandonar sin nuestro permiso.
Es capaz de inventar dioses, puede crear todo un universo y, con todo ello puede hacer el laberinto más completo, donde un día, el día que decide, nos suelta sin más, sin previo aviso, sin el hilo de Ariadna. Desprecias todo lo que nuestras manos crean, haciendo leña del árbol caído, con tu critica y juicio. Ese instrumento puede hacer de nosotros un rey o un siervo.
A él quiero pedir compasión, quiero que sienta el latido de mi cuerpo, escuche el paso de las lágrimas por mi rostro. Quiero que mire y me mire a los ojos a mi y a los otros. Quiero que se de cuenta del paso de mis pasos, que son los pies los que duelen, que se fije, que los dedos de las manos pueden acariciar su espíritu, con un leve gesto, pueden enseñar eso que no sabe, la belleza de una caricia.

jueves, 13 de noviembre de 2008

La aparente quietud



Camino
Comienza, un paso
Instante ínfimo
parte del Universo

¿Siempre hay movimiento? La reflexión nos lleva a pensar en la ausencia del tiempo y espacio. Esta seria la única posibilidad del no-movimiento, un imposible, una paradoja. Una instantánea, una foto puede parecernos que esta parada, congelada para la eternidad, pero todos sabemos que el tiempo es infalible y demuestra que eso que parece eterno inmutable cambia, pasa a otra condición, por pequeño y breve que sea pasará con el tiempo a otra forma será otra cosa. Anaximandro pensaba que la naturaleza procedía de la separación, por medio de un eterno movimiento, de los elementos opuestos (por ejemplo, frío-calor), que estaban encerrados en algo llamado materia primordial. Demócrito decía que la naturaleza está formada por piezas indivisibles de materia llamadas átomos, y que el movimiento era la principal característica de éstos, siendo el movimiento un cambio de lugar en el espacio. Galileo Galilei revoluciona las técnicas de análisis que permiten una descripción científica del problema. Nos acercamos a un objeto o materia para entenderla, sentirla o poseerla. Según como realizamos el contacto percibimos sensaciones que interactúan, cambiando el objeto y el sujeto. Su forma y funcionamiento generan un lenguaje de comunicación. Su posterior expresión plástica o teórica, requiere de un constante contacto, un proceso de cambio sensual continuo. La percepción de que cada nuevo descubrimiento demuestra la ignorancia de eso que pretendemos conocer, parece una espiral: La sabiduría no consiste en la simple acumulación de conocimientos, sino el poder afirmar, con plena conciencia, "sólo sé que no sé nada", es un salto cualitativo, un cambio de posición.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Miradas

Eso que leemos tiene una imagen, una imagen que creamos o recreamos cada uno según su experiencia, según su conciencia. Creamos imágenes de todo aquello que reconocemos, de todo lo que nos despierta los sentidos. La lectura la realizamos como un acto íntimo, se introduce en nuestra mente y esta nos devuelve en forma de sensaciones, de vivencias, en imágenes mentales. Cuando leemos, recreamos el texto en imágenes, imágenes particulares que son interpretaciones de eso que otro visualizó de su mente y lo tradujo en código escrito.
Porque es que es impresionante, Fedro, lo que pasa con la escritura y por lo que tanto se parece a la pintura. En efecto, sus vástagos están ante nosotros como si tuvieran vida; pero si se les pregunta algo, responden con el más altivo de los silencios. Lo mismo pasa con las palabras. Podrías llegar a creer que lo que dicen lo fueran pensando; pero si alguien pregunta, queriendo aprender de eso que dicen, apuntan siempre y solamente a una y la misma cosa. Pero eso sí, con que una vez algo haya sido puesto por escrito, las palabras ruedan por doquier, igual entre los entendidos que como entre aquellos a los que no les importa en absoluto, sin saber distinguir a quiénes concierne hablar y a quiénes no. Y si son maltratadas o vituperadas injustamente, necesitan siempre la ayuda del padre, ya que ellas solas no son capaces de defenderse ni ayudarse a sí mismas (Fedro, 275d-e).
Un mismo libro puede inspirar imágenes o sentimientos contrarios, por tanto todo libro habla del que escribe (el otro) pero también habla de que lee (el yo). Llegamos a realizar la vivencia de eso que nuestra mente identifica como común: simpático, antipático. En definitiva se convierte en parte de nosotros. Solo lo que es comprensible es susceptible de ser aprehendido y se convierte en vivencia. Lo que es ajeno a nuestros sentidos no podemos verlo, vemos una hoja en blanco.
Un libro olvidado, con este título inicie el proyecto y por fin resuelvo con Reflejos de un libro olvidado. Olvidado en un estante, olvidado por quien lo imaginó, olvidado por su escritor, olvidado por quien lo dejó en ese estante. Rescatado por un encuadernador, cuidado y rehabilitado para ser expuesto al público.